Cuando empezamos a definir si participar o no, lo charlamos con mi esposa y decidimos meternos de lleno. Hacíamos la actividad como si fuera nuestra campaña o no lo hacíamos. Nos pasó que los chicos de nuestra congregación de 15 años estaban orando por las personas en la reunión siguiente. Nosotros los dejamos porque antes se drogaban y ahora están encendidos por el amor a las personas
Leo Arribas